La internacionalización como motor de competitividad en Colombia

La misión de internacionalización convocada por el Gobierno Nacional llama la atención sobre el bajo nivel de integración comercial de Colombia con el mundo, indicando que el país exporta menos de la mitad de lo que debería exportar dado el tamaño en términos de PIB y población. La misión advierte que Colombia debería estar exportando más de 100 mil millones de dólares, si estuviera en el promedio de exportaciones per cápita de América Latina. La realidad es que actualmente sólo estamos exportando 42 mil millones de dólares.


A pesar de que el promedio de los aranceles bajó del 45% a inicios de los noventa a menos del 10% en la última década, en la actualidad el país cuenta con un alto número de medidas de protección vigentes para sectores específicos que nos han permitido evolucionar adecuadamente el comercio exterior y han puesto límites a la inserción del país, en las cadenas globales de valor.


Tal como lo indica el Centro de Comercio Internacional, el 70% de las barreras no arancelarias son autoimpuestas. Mientras que en los noventa las medidas no arancelarias cubrían el 27% de las importaciones totales del país, hoy afectan el 78% del universo arancelario. Aunado a la anterior, el país no ha logrado avanzar en la diversificación de las canastas exportadora, manteniendo el 80% de sus exportaciones en tan solo 59 subpartidas, y tan solo el 2% de estas son de alta tecnología.


Estas medidas han generado que el país presente una baja integración en las cadenas globales de valor, pues la proporción en el valor extranjero en las exportaciones brutas es tan solo el 10% muy por debajo del promedio de América Latina (21%).


No obstante, la pandemia causada por el COVID-19 generó una disrupción en las redes de suministro que abre para Colombia una oportunidad de cubrir vacíos de oferta en mercados como Estados Unidos y Europa. Hoy, la reconfiguración de las cadenas globales de valor a procesos más regionales y la diversificación de proveedores para limitar la dependencia de China es una oportunidad. Para lograrla, el país cuenta con una amplia red de acuerdos comerciales que les permiten a los empresarios colombianos contar con acceso preferencial a un mercado que representa el 62% del PIB mundial.


Con ese objetivo en la mira, el país debe contar con una política de comercio exterior que permita recuperar el liderazgo regional. Esta política debe garantizar un mayor aprovechamiento de los acuerdos comerciales suscritos por Colombia, un entorno seguro de inversión, racionalizar las barreras no arancelarias y generar estímulos a la competitividad y productividad de las empresas basadas en la provisión de servicios como: infraestructura de calidad (laboratorios), política de admisibilidad sanitaria, facilitación del comercio a partir de soluciones de tecnología, desarrollo de infraestructura logística, entre otras medidas.


En materia de facilitación del comercio, por ejemplo, el Gobierno estima que el proceso de exportación tarda en promedio 6.25 días, cifra superior a países como Panamá que registra 1 día o Perú con 2 días. Por su parte, el proceso de importación tarde en promedio 8.6 días, muy por encima de países como Perú con 3 días o Chile con 2.5 días. El reto radical en contar con trámites virtuales y masificar el uso de figuras de confianza como el Operador Económico Autorizado que nos permita ubicarnos a los niveles de la región.


El comercio exterior es fundamental para la competitividad del país, este sector es primordial no solo para el ingreso de divisas y la posibilidad de que los ciudadanos accedan a bienes y servicios a un costo menor, sino que es catalizador de la productividad y competitividad, lo que, a la larga, redunda en un sector empresarial mucho más sólido, resiliente y, a su vez, en un crecimiento económico más sostenible

Tomado de: ANIF, Centro de Estudios Económicos.