¿Qué se juega Colombia en el cambio de dirección en OMC?

La Organización Mundial del Comercio (OMC) elegirá el próximo lunes a su nueva directora general, una decisión que no solo supondrá un vuelco en el rol clave que desempeña la entidad como ‘árbitro’ de los intercambios globales, sino que también tendrá efectos directos en Colombia.

Aunque son dos las finalistas, la candidata de Nigeria, Ngozi Okonjo-Iweala, y la de Corea del Sur, Yoo Myung-hee, se da por hecho que será la primera quien saldrá designada.

En octubre, la OMC comunicó que tras consultar a los miembros, ella era la mejor posicionada, pero el gobierno de Donald Trump la vetó. No obstante, el fin de semana, la nueva administración de EE. UU. también le dio su apoyo, allanando el camino para la elección.

Con este cambio, la expectativa es que se le vuelva a dar el impulso e influencia que la organización perdió en los últimos años, y que se pueda llevar a cabo la reforma pendiente para, según los expertos, “volverle a dar dientes a la entidad”, algo que es clave para Colombia por varios factores.

Según Javier Díaz Molina, presidente de Analdex, “para un país pequeño como Colombia es fundamental que la OMC funcione de manera adecuada. El multilateralismo garantiza un trato equitativo y establecer reglas claras para todos. De igual forma, se debería buscar aliados para hacer un bloque con intereses similares para poner sobre la mesa propuestas de reforma y de regulación. Actuar aisladamente no tiene sentido”.

Más en detalle, una mayor fortaleza de la OMC beneficiaría a Colombia en temas como la protección en el comercio. Según Raúl Ávila, profesor de comercio exterior de la U. Nacional, “se espera un potenciamiento de la OMC, y para Colombia esto se traduciría en un mayor respaldo institucional y ayuda para hacer cumplir los acuerdos comerciales”.

Según el Ministerio de Comercio, Colombia tiene 16 pactos vigentes con otros países o regiones, en los cuales acudir a la OMC es el camino normal a la hora de dirimir confrontaciones.

Además, como se vio en 2020, se impulsaron un buen número de restricciones al comercio, y precisamente el organismo es quien establece las reglas de juego para esas barreras. Según Global Trade Alert, durante 2020 se impusieron en el mundo 76 intervenciones que afectaron a Colombia, por tan solo 46 que facilitaron su comercio hacia el exterior.

Cabe mencionar que desde que se creó la OMC, Colombia ha acudido al órgano en cinco ocasiones como reclamante, siete veces como demandado, y se cuentan hasta 64 procesos en los que el país se vio involucrado como un tercero.

De hecho, algunos de los casos recientes en los que se necesitó mediación fueron la disputa por las papas con la Unión Europea, los aranceles a las convenciones con Panamá, o la denuncia de Venezuela por los combustibles líquidos.

Más allá de ello, la OMC no solo beneficia a Colombia como tribunal para los problemas en comercio, sino que también es clave en las mejoras, pues emite recomendaciones para mejores prácticas y acompañamiento de políticas.

Para Ávila, “el nuevo impulso puede ayudar en la diversificación de las exportaciones, más facilidad para la regulación, la disminución en los obstáculos al comercio y el apoyo en la mejora de la infraestructura. Y algo en lo que sin duda será clave es en el desarrollo del comercio electrónico”.

Los expertos consultados hacen referencia a que para Colombia, coyunturas como la falta de contenedores para exportar o el incremento de los costos de los fletes, que afectan de forma importante al país, pueden llegar a mitigarse con una OMC más fuerte.

Flavia Santoro, presidenta de ProColombia, señala que “la OMC tendrá un papel más protagónico en la reconfiguración del comercio, en el que habrá un mayor liderazgo de países como el nuestro, pues uno de los caminos para la reactivación es a través de las exportaciones, especialmente entre vecinos, aprovechando las ventajas de los TLC, las oportunidades de actuar como bloque y de encadenamientos productivos, y de atraer grandes inversionistas. Todo nuestro acompañamiento con la nueva directora, la primera mujer en liderar la OMC”.

RETOS DE LA DIRECTORA

Más allá de qué supone para Colombia este cambio, la nueva líder del organismo tendrá grandes retos, entre los que están los ya mencionados de reforzar y reformar la institución.

En esta línea, William Reinsch, asesor sénior del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS), indica que “debe restaurar la credibilidad y la funcionalidad de la OMC en negociaciones, solución de diferencias y notificaciones.

Eso significa llevar las conversaciones pesqueras a una conclusión, reiniciar las que tienen que ver con servicios y bienes ambientales, y también sobre comercio electrónico.
 Asimismo, resolver los problemas que llevaron a la desaparición del Órgano de Apelación para que vuelva a funcionar, y tomar medidas para que los países cumplan con sus obligaciones”.

De igual forma, Alessandro Nicita, economista de la agencia de comercio de la ONU (Unctad), apunta a que a pesar de que tiene por delante demasiados retos, los principales son “enfrentar el creciente uso de la política comercial para objetivos no comerciales y averiguar cómo cambiar las reglas del sistema multilateral para que apoyen una economía más verde”.

Por último, Robert Gulotty, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Chicago, indica que “ha dicho que ella cree en las ‘victorias’ para construir una base sobre la cual los miembros de la OMC puedan involucrarse en temas difíciles. Creo que iniciará con temas como la pesca y relajar las restricciones impuestas al comercio al comienzo de la pandemia”.

Estos tres expertos consideran que la administración de Biden tratará de reforzar el liderazgo de Estados Unidos en la OMC, y que eso facilitará tratar asuntos como los aranceles, el cambio climático y otros desafíos actuales.

Tomado de. Portafolio