Los retos del gobierno de Petro en el sector comercio

Tanto comercios minoristas como exportadores tienen peticiones para el gobierno entrante, que van desde proyectos de productividad, hasta controlar la inflación para mantener cifras positivas en el gasto de los hogares.

El presidente electo, Gustavo Petro, quien se posesionará el próximo 7 de agosto, recibirá un país con una inflación por encima del 9 % (cifra que, según las proyecciones, se mantendrá en el segundo semestre del año) y una volatilidad del dólar, divisa que ha alcanzado máximos históricos en las últimas semanas.

También recibe un país con una economía en crecimiento, una crisis en la cadena logística que muestra algunos signos de recuperación y unas cifras positivas en comercio. De acuerdo con la Encuesta Mensual Manufacturera con Enfoque Territorial, en mayo de 2022, comparado con el mismo mes de 2021, la producción real de la industria manufacturera aumentó 46,2 %, las ventas reales 45,5 % y el personal ocupado, 5,9 %.

El gobierno entrante tendrá que sortear las dos caras de esta moneda porque, de una o varias maneras, estarán conectadas.

Este año el crecimiento económico del PIB de Colombia, según analistas, estará cercano al 6 %, lo que implica que en 2023 no será tan alto el aumento. “Tendremos un crecimiento de entre el 2,5 y 3 %, porque este año subió mucho y por los vientos contrarios del mundo entero, como el freno en Estados Unidos, China y Europa, harán que el mundo se desacelere, y Colombia no será la excepción”, dijo Camilo Herrera, fundador de Raddar, firma que mide el consumo de los hogares colombianos.

El experto agrega que, además de la desaceleración mundial, para atacar la inflación el Banco de la República seguirá subiendo sus tasas, lo que puede frenar el gasto y, por ende, al comercio. Así las cosas, en el primer año del gobierno Petro la economía estaría cercana al 3 %, algo que parece “suficiente” en Colombia, “pero para poder lograr los cambios sociales que quiere, el crecimiento tendría que ser más alto. Ahí tiene un reto muy grande”, según Herrera.

El dólar y la inflación, para Herrera, son retos de costos. “En la medida en que los precios sigan subiendo, como seguirá pasando, con tasas altas cercanas al 9 %, la capacidad de compra de los hogares se verá limitada y tendrán que tomar decisiones de cambio de comercio. Por ejemplo, en 2016, que comenzó la gran inflación y que llegó a mitad de año al 9 %, la gente empezó a migrar a los hard discount, porque eran más baratos, dejando atrás a las grandes cadenas donde estaban las marcas famosas y tradicionales”.Otras noticias de Economía

Sin embargo, dichas tiendas de promociones hoy están subiendo de precio, así que los hogares empezarán a buscar la tienda, el supermercado de barrio y las plazas de mercado para “regatear” precios acordes a la capacidad de compra, es decir, que, como explicó Herrera, si una persona tiene $10.000 para comprar huevos, va a donde el tendero y le dice: ‘Deme $10.000 de huevos’, y sobre eso ajusta el presupuesto.

En otras palabras, la volatilidad del dólar y la inflación podrían causar una migración hacia el comercio informal. Por otro lado, “el uso de códigos QR en el canal informal ha dinamizado el comercio, así como la implementación de Daviplata o Nequi, porque han permitido una funcionalidad más grande en el canal tradicional por medio de pagos electrónicos”, agregó Herrera.

Las cifras muestran ese aumento. De acuerdo con el DANE, en mayo de 2022, las ventas realizadas a través de comercio electrónico subieron 8,7 % en comparación con el mismo mes de 2021, aportando 0,2 puntos porcentuales a la variación anual de las ventas totales del comercio minorista.

El Espectador en video:

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¿Qué dicen los comerciantes?

Yansen Estupiñán, gerente del centro comercial mayorista Neos Moda, afirmó que ve “difícil el panorama general de comercio en textiles, tecnología, cosméticos y alimentos”. Sobre las expectativas del sector con el gobierno entrante, aseguró que necesitan saber cuáles serán las propuestas para fortalecer sus comercios y el apoyo que brindará en materia de impuestos y creación de empresas. “Esperamos que tome decisiones en políticas arancelarias y reducción en impuestos para pymes, que son las que generan más empleos y las más golpeadas en impuestos”.

En cuanto a la volatilidad del dólar, aseveró que la inestabilidad los “tiene con los pelos de punta”, porque al comprador final le da miedo invertir y al comerciante le toca adquirir menos producto con más costo. “La inflación, la subida del dólar y las ventas son temas que están ligados y que hacen que familias en Colombia tomen decisiones basadas en qué es más importante adquirir. El dinero no alcanza para lo mismo que antes”, añadió el también representante de los textileros de San Victorino en Bogotá.

Si los comerciantes antes compraban por docena, con la situación actual deben adquirir media docena, según Estupiñán, porque el consumidor final no está comprando como antes, cuando “la gente compraba prendas cada dos o tres meses y eso generaba una dinámica especial en el comercio, ahora compran menos o amplían sus plazos de compra”.

Daryl Steffany Lugo Leguizamón es la dueña de DSL, un spa de uñas creado en 2021, ubicado al sur de Bogotá, y cuenta que ha notado la reactivación en el volumen de usuarios que han aumentado, “pero los precios de los insumos han subido entre un 15 y 20 %, aunque estamos tratando de seguir con los mismos precios, porque necesitamos mantener nuestra clientela”. Sin embargo, afirmó que, si siguen subiendo, deberá modificar el costo de los servicios que ofrece.

La empresaria le pide al nuevo gobierno que incluya al gremio de la belleza, pues siente que está “olvidado” y quiere que sea incluido como los otros sectores de la economía del país.

Comercio exterior

Desde la pandemia el comercio exterior se ha enfrentado a grandes retos, como el cierre de las fronteras, el paro nacional y la crisis de los contenedores, que aumentó el valor de los fletes pasando de US$2.500 a US$16.000. Ahora el valor está por los US$7.000. Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), señaló que la crisis en la cadena logística ha disminuido su “intensidad, pero no ha desaparecido”.

Aunque la “parte dura de la crisis ya pasó”, los comerciantes tienen problemas derivados de la invasión a Ucrania en temas como los cereales, los fertilizantes y la energía, factores que no permiten que se hable de un regreso a la normalidad.

“Las exportaciones se han venido recuperando, pero cuando uno mira a qué responde esa recuperación es por los precios, porque los volúmenes están por debajo. Colombia es un país con exportaciones bajas. En 2021, exportamos alrededor de US$42.000 millones, si exportáramos el promedio per cápita de la región deberíamos estar por encima de los US$100.000 millones”, explicó Díaz.

Mientras que las importaciones alcanzaron los US$64.000 millones, pero como lo explicó Díaz, “no es que estemos importando mucho, es lo que necesitamos: materias primas, bienes intermedios, insumos y maquinaria que requiere el aparato productivo nacional. Entonces, de cara al nuevo gobierno, es importante decirle que el déficit de la balanza comercial es porque exportamos poco y no se debe pensar en restringir las importaciones”.

En cuanto a los beneficios que están teniendo los exportadores con el aumento del dólar, Díaz afirmó que es relativo. Por un lado, el incremento de costos de los importados permite que el producto nacional pueda competir mejor, pero si un producto nacional tiene un alto componente de importado, le afecta la estructura de costos porque al subir el dólar, la tela o el insumo que requiera para hacer una camiseta, por poner un ejemplo, también aumenta su valor.

“Si fabrico la camisa con tela nacional, soy mucho más competitivo. Los productos agrícolas que tienen componentes importados más bajos se ven beneficiados, pero en manufactura depende de la importación”.

Ese es el caso de Melba Elisa Revelo, quien tiene desde hace 20 años la distribuidora de cobijas Yessika y Elina. Con el alza del dólar, la mercancía que importa de Ecuador ha subido un 20 %, ahora sus clientes se quejan de los aumentos de precio y sus ventas han bajado en un 50 %. Al Gobierno le pide “que ayude a bajar la inflación y los precios de la canasta familiar, porque todo influye, la economía empieza desde la cabeza más grande. Hay que beneficiar al pueblo”.

Para Díaz, el gobierno entrante deberá trabajar en una política productiva en la que se les dé señales a los productores para ser más competitivos y reglas de juego para saber qué producir y cómo, así como facilitar el proceso de exportaciones, porque “es difícil, complicado, costoso y demorado, entonces, simplificar es fundamental para hacer crecer las exportaciones”.

El tema logístico también tendrá que ser parte de la agenda, pues el transporte y el almacenamiento son dos variables claves. Igual se requiere avanzar en vías y transportes que conecten al país, como la recuperación de la navegabilidad por el río Magdalena para mover cargas pesadas.

“Colombia tiene que aprovechar esta coyuntura, en donde se rompieron las cadenas globales de valor y estamos hablando de cadenas regionales de valor, es decir, mercados como Estados Unidos están buscando proveeduría más cercana. Deberíamos jugar a la posibilidad de que Colombia traiga esa inversión”, afirmó Díaz.

En esa línea, María Claudia Lacouture, directora de la Cámara de Comercio Colombo-Americana (AmCham), aseguró que “es indispensables que se tengan procesos de innovación constante en las empresas que les permitan estar listas para responder a las necesidades cambiantes del entorno nacional e internacional. En esa medida, siempre deben estar en acciones para fortalecer su competitividad en línea con políticas públicas que faciliten su productividad, y así facilitar su internacionalización. Unas empresas sólidas y con reglas claras seguirán siendo pilar de la economía y generadoras de empleo formal”.

Además, para Lacouture, Petro tiene el reto de enviar las señales correctas para que la inversión extranjera “siga llegando y que además de recursos sea fuente de transferencia de conocimiento y tecnología que fortalezca la competitividad de nuestra industria”.

Entonces, en el panorama más inmediato uno de los principales retos es bajar la inflación para que los hogares tengan poder adquisitivo y sigan consumiendo. De esta forma los comerciantes podrán mantener sus negocios, lo que a su vez responde por una porción importante del PIB y del empleo.

Tomado de: El Espectador