Editorial

Después de una semana de incertidumbre en una de las elecciones presidenciales más cerradas de su historia, los medios de comunicación de Estados Unidos anuncian como presidente electo a Joe Biden. Tan pronto como el nuevo presidente asuma el cargo en enero del próximo año, se espera un nuevo tono en la política exterior de los Estados Unidos.

Con el gobierno demócrata que inicia en 2020, se espera un cambio en el discurso internacional por parte de Estados Unidos. Una mayor diplomacia en los temas comerciales respetando las reglas de juego y una política en general más proclive al multilateralismo.

Tal como lo han indicado en sus anuncios, el equipo de Biden buscará dar mayor protagonismo a instituciones internacionales como la ONU para posicionar temas prioritarios para la nueva administración como lo son: refugiados, asuntos humanitarios, cambio climático, entre otros. Temas que están en el centro del trabajo de la ONU.

En materia comercial, Biden sugiere una perspectiva más diplomática y menos confrontacional, particularmente en las relaciones comerciales con China. Política que sería bien aceptada en Europa y que simultáneamente beneficiaría a América Latina. Al respecto, es probable que exista un mayor compromiso, enfatizando en la diplomacia más que en aranceles y sanciones, buscando darle un mayor juego y protagonismo a la OMC. Para una nación pequeña como la nuestra, resulta benéfico que las disputas se resuelvan en derecho y no por la fuerza. También, recibimos con optimismo el anuncio del equipo de Biden sobre su intención de trabajar a través del multilateralismo en garantizar que las reglas del juego sean justas en materia de tecnología, protección a la propiedad intelectual medidas antidumping y demás.

Para el caso de América Latina es probable que Biden tenga una postura más cercana a esta región, beneficiando al comercio y a reducir la tensión en el lado político.

Particularmente para Colombia, esperamos que el nuevo tono en la política de comercio exterior de Estados Unidos tenga un impacto positivo, siendo el principal destino de las exportaciones del país. Retomar la agenda bilateral en materia comercial sobre acumulación de origen con países de la región con quienes Colombia y Estados Unidos han suscrito acuerdos comerciales y avanzar en la consolidación del TLC suscrito en 2012, deberían ser prioridades para profundizar las relaciones comerciales y lograr encadenamientos productivos.

De otro lado, la tendencia del nearshoring puede ubicar al país en un lugar estratégico en la proveeduría de productos y servicios a este mercado. Instrumentos de promoción de inversión como el régimen franco y los sistemas especiales de importación y exportación, que actualmente se encuentran en proceso de actualización, de la mano de la facilitación y virtualización de los trámites, pueden desempeñar un papel fundamental en la internacionalización de la economía en el nuevo contexto económico y comercial que se avecina en el año 2021.

Por: Javier Díaz Molina, presidente ejecutivo Analdex