Editorial

La economía colombiana empieza a dar señales de recuperación. Sin embargo, alcanzar los niveles que se tenían antes de la pandemia requerirá una serie de medidas para el corto plazo y soluciones estructurales para el largo plazo.

No hay duda de que la actual, es una de las crisis más profundas por las que ha atravesado el mundo en la historia reciente. De acuerdo con el último informe de la OCDE, se espera que la economía mundial se contraiga en un 4,5% y se pronostica que la mayoría de las economías no alcanzarán los niveles de 2019 durante el 2021. Así mismo, el comercio global cayó en un 18,5% durante la primera mitad del 2020 y a nivel mundial, los mercados laborales se vieron gravemente afectados.

En el caso colombiano, Fedesarrollo pronostica una caída del PIB entre el 5% y 7,9%, que, si bien es un poco menor a la caída promedio pronosticada para Latinoamérica, no deja de ser preocupante, pues la recuperación esperada para 2021 no sería suciente para alcanzar nuevamente el PIB de 2019. Dos años perdidos en términos de crecimiento económico. En términos sociales el panorama tampoco es alentador, se espera que la tasa de pobreza alcance hasta un 38%.

En todo caso, con la reapertura de algunos sectores económicos, se espera que algunas variables económicas hayan alcanzado sus niveles más bajos durante el primer semestre de 2020. Una de las más importantes, la tasa de desempleo se redujo al 16,8% durante agosto tras haber alcanzado el 21,4% en mayo. Así mismo, durante septiembre se observó un aumento del 0,32% en los precios al consumidor, tras cuatro meses de deflación sostenida. En términos de expectativas, también se evidencia un mayor optimismo y una leve recuperación de acuerdo con los índices de confianza comercial e industrial, que para el mes de agosto retornaron a terreno positivo, alcanzando un 13,8% y 1,5%, respectivamente.

Por su parte, el comercio exterior del país no es ajeno a esta tendencia. Pese a la caída en las exportaciones presentada en el mes de abril, que alcanzó una variación del -52,3 por ciento con respecto al mismo mes de 2019, en el mes de agosto se han reportado mejores cifras, con ventas registradas por valor de USD FOB 2.569 millones (-21,3%).

Sin embargo, hasta tanto no se cuente con una vacuna estaremos conviviendo con el virus y con el riesgo de un posible rebrote, por lo que no se puede descartar la necesidad de nuevas medidas restrictivas como ya se está viendo en algunos países europeos. Adicionalmente, algunos sectores de la economía como el turismo y el entretenimiento, continuarán funcionado a media marcha, con los consecuentes impactos sobre la productividad y el empleo.

Es por lo anterior, que se coincide en la necesidad de mantener medidas para proteger el empleo y mediante las medidas del Banco de la República, como la reducción de 250 pbs en la tasa de interés desde marzo del presente año, con el fin de dar un impulso adicional a la economía y aliviar la carga financiera de los hogares y las empresas durante esta coyuntura.

No obstante, si se quiere dar un impulso que realmente permita la recuperación en el largo plazo, se deberán tomar medidas más estructurales que a su vez protejan el tejido empresarial y el comercio exterior: muchos coinciden en la necesidad de la flexibilización del mercado laboral, el fortalecimiento de las instituciones, la apertura comercial y la diversificación productiva del país.

Aspecto fundamental es el de brindar un adecuado ambiente de seguridad jurídica a los empresarios e inversionistas. Lo que hemos observado en los últimos días por parte de la Dian, al sancionar de manera desproporcionada por faltas o errores formales, no son necesariamente las señales que en esta materia se requieren para activar e impulsar a las empresas en esta coyuntura.

De igual manera, dentro de las tareas pendientes, se encuentra la facilitación de los trámites en los procesos de importación y exportación. El Gobierno estima que un proceso de exportación tarda en promedio 6,25 días, cifra superior a países como Panamá que registra 1 día o Perú con 2 días. Medidas como la simplificación de la normatividad aduanera y la digitalización e interoperabilidad de los trámites de comercio exterior podrían contribuir a lograr este propósito.

Para materializar esta oportunidad de comercio internacional, se espera que el Gobierno nacional dena la ruta que el país debe seguir en esta materia, para adaptarse a los cambios que se presentan en el comercio mundial, salir victorioso de esta crisis y así lograr la tan anhelada diversificación exportadora en la nueva normalidad.

Por: Javier Díaz Molina, presidente ejecutivo Analdex