Reinventando las agencias de aduana

Desde el año 2016 con la expedición de derogado decreto 390, las cosas para las agencias de aduana ya no son ni serán lo mismo, sin embargo algunas de ellas parecen no haberlo entendido.

Las obligaciones, las responsabilidades, las empresas importadoras y exportadoras que actúan de manera directa, las empresas que ya cuentan con la certificación como Operadores Económicos Autorizados, además del hecho que algunas agencias de aduana ya también la tienen, son razón suficiente para afirmar que es necesario dar un giro extraordinario, para los nuevos retos que ahora enfrentan estos auxiliares de la función pública aduanera, como alguna vez sabiamente fueron calificados.

Por las anteriores razones y otras que mencionaremos más adelante, es que las agencias de aduana se deben reinventar para vivir, en el que es claro, pasarán la prueba aquellas que cuenten con respaldo técnico y jurídico, pero además, las que utilicen herramientas digitales, que sean integrales en las prestación de sus servicios y que aplique conceptos de sostenibilidad, integridad y en general implementen buenas prácticas empresariales.

Bajo este concepto, los cobros por servicios, deberían pasar a un segundo plano, es necesario romper el mito de bueno, bonito y barato, para hablar de ágil, confiable, seguro y simple, como parámetros que enmarcan las operaciones de comercio exterior, desarrolladas por las agencias de aduana modernas, en el que los valores agregados, el buen servicio y el profesionalismo deben marcar la diferencia.

La ‘ruleta rusa’ en los trámites, también deberían ser cosa del pasado, las operaciones de importación, exportación y el tránsito aduanero, de igual manera, claros y transparentes y el riesgo en lo técnico y las malas actuaciones tendrán que ser mínimos y corregirse a través de una clara política interna de mejoramiento continuo de los procesos, buscando siempre la excelencia, en el que la improvisación y la negligencia, no tienen cabida.

La técnica aduanera en asuntos de valor, origen y clasificación arancelaria demanda experiencia y conocimiento, para hacer las cosas y hacerlas bien; hay que evitar el dejar de asumir las obligaciones y responsabilidades que por ley corresponden y demostrar la fortaleza por sectores. No se puede saber de todo, en estas disciplinas no puede haber toderos. La trayectoria, el conocimiento de sectores y productos, sin duda alguna permitirán actuar con la certeza que un empresario demanda y la Dian lo exige, así que, especializar las agencias de aduana es una necesidad. Debería establecerse una metodología y un proceso de aprendizaje para que quien pretenda actuar en un sector, demuestre y certifique su conocimiento, con esto podríamos también ser preventivos y hacer de las agencias de aduana unos verdaderos auxiliares de la función pública aduanera.

El régimen sancionatorio para las Agencias de Aduana es bastante complejo cuando señala que su actividad es de naturaleza mercantil e incorpora que sus obligaciones no son de medio si no de resultado, pues su actuar está orientado a garantizar que los usuarios que utilicen sus servicios cumplan con las normas legales existentes, razón suficiente para que se establezca que estas empresas deberían tener la posibilidad de negarse a prestar el servicio a quien consideren de alto riesgo para la actividad que desarrollan, esto haría más equitativo el desarrollo de su actividad.

Es que obligarlos legalmente a que se atienda a todo tipo de usuario, expone el desarrollo de su actividad, pero además, no tiene sentido que siendo potestativo del importador utilizar una agencia de aduanas para sus trámites, a ellas si se les obligue a prestar un servicio a quien no conocen ni les genera confianza.

El otro aspecto que merece ser destacado, es que en materia de representación en asuntos de fiscalización y control aduanero, las agencias no deberían representar a los importadores y exportadores, por cuanto, en muchos casos hay conflicto de intereses. Aquí valdría la pena establecer una separación ya que de alguna u otra manera se pueden afectar las investigaciones, pues la agencia de aduanas por temas comerciales no le queda más opción que acompañar al importador hasta sus últimas consecuencias, incluso asumiendo obligaciones y responsabilidades que tal vez no le corresponden, así que debería mantenerse la prohibición de que las agencias de aduana representen a los empresarios del comercio exterior en asuntos de investigaciones, sanciones y decomisos, para evitar ser juez y parte, pero además para tener la libertad de desarrollar su defensa.

Por todo lo anterior, se hace necesario reinventar el concepto de las agencias de aduana antes de que la nueva dinámica del comercio exterior los atropelle. Aduanas 4.0 una necesidad y un reto.

Por: Diego Rengifo G., vicepresidente técnico Analdex