Ventas a Venezuela alcanzarían más US$1.000 millones este año

La cifra sería la más alta en ocho años, superando las exportaciones realizadas en 2015. Por ahora la expectativa supera la realidad y la reactivación sigue muy lenta.

Está claro que el 2023 no será el mejor año económicamente para Colombia. Entre las apuestas de cuánto crecerá el Producto Interno Bruto (PIB) una de las más moderadas es la del Banco de la República, que prevé un 0,5%, lo cual conllevaría a una desaceleración respecto al 8% que esa entidad vaticinó para 2022.

Lejos de inquietarse, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, es optimista y cree que el dato puede ser un poco mayor y ubicarse entre 1% y 2%. Lo que sorprende son sus razones, pues para él la reactivación económica con Venezuela aunada a factores como las exportaciones no tradicionales tendrán un rol preponderante.

En ese contexto, la visita del presidente Gustavo Petro a Venezuela el fin de semana fue determinante, pues tras el encuentro con su homólogo Nicolás Maduro se acordó una revisión del Acuerdo de Alcance Parcial No. 28, que rige el comercio bilateral, para lo cual los equipos técnicos de los dos países se reunirán a más tardar el próximo 27 de enero (ver Para saber más).

Para Ocampo, aun si Colombia crece 1% este año va a estar por encima de las economías de su mismo nivel y, en ese sentido, hay ilusión sobre el impacto que las ventas a Venezuela tendrán en la producción de la industria nacional.

En principio, el Gobierno trazó una meta en esa dirección: las exportaciones colombianas a Venezuela superarán los US$1.000 millones en 2023; mientras tanto, Analdex, gremio del comercio exterior, cree que el objetivo es pasar los US$1.200 millones. El caso es que con cualquiera de estos escenarios se lograrían las ventas más altas al vecino país en los últimos ocho años.

Esto, partiendo de que en el 2015 los despachos alcanzaron US$1.060 millones, aunque ya venían a la baja. Tanto cayó el comercio bilateral, que en 2019 y 2020 las exportaciones a Venezuela cerraron por debajo de US$200 millones, muy lejos de las cifras del 2008, cuando movieron US$6.070 millones.

Valga decir que en el 2022 hubo cierto nivel de recuperación, pues según cifras del Dane hasta noviembre esa cuenta ascendió a US$568 millones impulsados por materias plásticas, azúcar y confites, así como hierro y acero. Entre tanto, las importaciones –con corte a octubre– llegaron US$79 millones, con lo que en líneas generales el comercio bilateral movió más de US$600 millones.

Balance de la reactivación

Las primeras cifras del Ministerio de Comercio indican que a la reapertura de la frontera le falta ritmo. Tras el primer mes, en octubre pasado, pasaron dos camiones diarios en promedio, principalmente cargados de insumos médicos; cajas de cartón corrugado; vasos plásticos; papel higiénico; y confitería, entre otros.

“Con la reapertura se estima recuperar progresivamente el tráfico de camiones entre los dos países. Los pronósticos económicos indican que, para este año, el comercio binacional se debería tasar alrededor de US$1.200 millones y, para el año 2025, debería estar en US$4.000 millones”, reseñó Gian Piero Alean, director de Operaciones de Anava, empresa de soluciones logísticas.

Datos de Colfecar recopilados por Anava indican que mientras en 2008 el número de vehículos de mercancías que transitaban entre ambos países alcanzó 227.672, para 2011 llegaba tan solo a 85.920 y en 2018 apenas registró 2.202, cifras bastante lejanas a las actuales.

La expectativa es que más marcas se animen a retomar las operaciones entre países, y de hecho algunas “coquetean” para hacerlo, entre ellas Avianca, Wingo y AKT Motos. Eso sí, todos los empresarios piden seguridad jurídica y no volver a caer en errores del pasado, ante lo cual el ministro de Comercio, Germán Umaña, reseñó la decisión de “establecer un marco jurídico y negociar un acuerdo de protección de inversiones que va a dar esa seguridad a los empresarios”.

“Definitivamente Venezuela lo estamos estudiando, no solo con esta apertura que se dio nuevamente, sino que ese país ha estado moviéndose mucho a nivel de mercado y ha habido varias compañías con el interés de llevar la marca”, indicó Alejandro González, director de ventas internacionales de AKT.

También hay alta expectativa por la reciente reapertura del puente Atanasio Girardot, que une a los municipios de Villa del Rosario, en Norte de Santander, y Pedro María Ureña, en el estado Táchira del país bolivariano. Con el paso de vehículos y el movimiento del comercio reactivado este año se podrían transar hasta US$300 millones adicionales, según cuentas de la Universidad Nacional.

Falta vuelo

Ahora, la conectividad aérea es otro aspecto sobre el que hay más expectativas que certezas. Aunque importantes aerolíneas con operación en Colombia como Avianca, Latam, Wingo y Ultra Air han mostrado interés por volar a Venezuela, de momento no han podido despegar.

En cambio sí lo han hecho la estatal colombiana Satena y la venezolana Turpial Airlines; mientras tanto, Estelar, otra del vecino país interesada, había anunciado vuelos entre Bogotá y Caracas para finales de diciembre pasado, aunque finalmente reveló que reembolsará el dinero a quienes compraron los pasajes porque todavía no cuenta con autorización en Colombia.

Si bien las autoridades de ambos países anunciaron con euforia la reapertura, particularmente para las aerolíneas ha sido todo un reto obtener permisos. Además, en redes sociales es costumbre ver quejas por los altos precios de los tiquetes, que en buena parte de los casos supera el millón de pesos.

A la expectativa de cómo se comportan los negocios este año, el equipo de investigaciones económicas de Corficolombiana apuntó que “restablecer las relaciones comerciales con Venezuela deriva en una oportunidad para explotar la producción colombiana”, aunque “el reciente deterioro económico venezolano supone consigo una menor dinámica de su demanda externa”.

Igualmente, advierte: “Diferentes indicadores internacionales apuntan a que Venezuela es uno de los países con peores condiciones para facilitar el comercio transfronterizo en Latinoamérica; además, enfrenta rezagos en materia logística y de transporte frente a los pares regionales”.

Tomado de: Vanguardia

Fotografía de: Infobae