La compañía Procaps analiza nuevos mecanismos para apalancar su expansión

Si bien la pandemia afectó a varios sectores de la economía, lo cierto es que industrias como la farmacéutica han vivido su cuarto de hora por la visible demanda de medicamentos e insumos. Esto, sin duda, ha servido de impulso para que compañías en el país quieran seguir innovando, buscar alianzas o llegar a otras latitudes.

De acuerdo con Reuters, la compañía Procaps SAS, fabricante de cápsulas blandas, podría llegar al índice Nasdaq, a través de una operación que estaría valorada en más de US$1.000 millones, luego de una fusión con la estadounidense Union Acquisition Corp II.

No obstante, LR pudo confirmar que este acuerdo no estaba confirmado y mucho menos cerrado, pero que, en cambio, esta movida hacía parte de una lista de posibilidades que estaría evaluando Procaps para seguir expandiendo su negocio con apalancamiento internacional, como ya lo hizo con el IFC.

Para Raúl Ávila, experto en empresas, este tipo de acercamientos demuestran el interés de la compañía por potencializar su desarrollo y querer penetrar en nuevos mercados que cada vez más están demandando de nuevos productos. “Es una visión de expansión que va acorde con lo que el mercado está necesitando tras la pandemia”, agregó Ávila.

Al revisar el ADN de Procaps se encuentra que, desde sus inicios en 1977, la organización ha trabajado para ser un referente a nivel nacional como internacional, pues ahora está en 13 países como grupo y cuenta con más de 5.000 empleados.

A finales de los ochenta, luego de haber consolidado gran parte de su proyecto empresarial en el país, el Grupo empezó a trabajar en nuevas ideas y servicios para fortalecer su imagen en el extranjero. En esta primera etapa, que le abriría la puerta a Procaps en los Estados Unidos, fueron seleccionados por Cyanamid Corporation para producir y comercializar los productos de su división farmacéutica “Lederle”.

Este acontecimiento no sería el único que marcaría la historia del Grupo, pues en los siguientes años, la innovación e investigación fueron puntos claves en el fortalecimiento de su negocio. Para 1990, ya había logrado el desarrollo de nuevas formas farmacéuticas diferentes a las cápsulas blandas, en la que se incluían jarabes y gotas.

Para 1993 iniciaron la producción de bolas de paintball, cuyo material de elaboración era la misma gelatina de los medicamentos. Años más tarde, esta nueva marca Severe los llevaría a ser reconocidos en esa industria en Europa y Latinoamérica.

Con la expansión de su planta de producción en 1999, Procaps inició una nueva era de certificaciones que los llevó a consolidarse en el mercado norteamericano.

Para 2008, la proyección internacional del Grupo los había llevado a hacer presencia institucional en Centroamérica en países como Costa Rica, Nicaragua, Honduras; República Dominicana, Guatemala, el Salvador y Panamá, con el fin de lograr una mayor integración.

Ya para 2017, IFC, miembro del Grupo del Banco Mundial, acordó invertir US$90 millones y tener una participación accionaria en el Grupo Procaps, para apoyar su expansión a nuevos mercados, por lo que hoy se siguen analizando opciones para financiarse y dar más saltos internacionales.

Tomado de: La República