Editorial

La pandemia del nuevo coronavirus aparece en un contexto económico desfavorable que profundizará los impactos de la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Aunado a lo anterior, los bajos precios de los commodities afectarán a las economías que dependen de la exportación de estos bienes. Colombia no es ni será la excepción.

A pesar del acuerdo comercial firmado entre Estados Unidos y China en enero y reafirmado el 7 de mayo de este año, los impactos de esta guerra han cambiado el panorama del comercio internacional y las cadenas globales de valor. Para 2019, por ejemplo, el volumen de comercio mundial de bienes disminuyó en un 0,4%, la primera caída desde la crisis financiera de 2008. Así mismo, se calcula que la guerra comercial ha traído pérdidas a China por USD $250 billones y a Estados Unidos por USD $110 billones.

Desde el 2019, los precios de los commodities ya se ubicaban por debajo de los niveles históricos del último lustro, pero han alcanzado su piso durante el 2020 agudizado por el choque en la demanda, explicada en gran parte por la caída del consumo de China: por ejemplo, el precio del barril de petróleo Brent ha caído en 37,4 %; el del cobre en 12,5 %, y el del carbón en 25,5 % en lo corrido del año.

En este contexto, se presenta el Covid-19 y su expansión por todo el mundo. Sus efectos hacen creer que la economía mundial caerá en un 3% durante 2020, niveles que no se presentaban desde la Gran Depresión, superando incluso la crisis financiera de 2008. Para Latinoamérica se pronostica un escenario mucho peor con una caída del 5,3 del PIB regional.

En Colombia, los evidentes impactos sanitarios y sociales de esta pandemia estarán aunados a una serie de impactos económicos que ya empiezan a ser evidentes de acuerdo con los más importantes indicadores: un bajo crecimiento del PIB en el primer trimestre de 2020 (1,1%); un desempleo que para abril se acercó al 20%; una caída en las exportaciones del 52,3 % frente al mes de abril del año anterior, una caída en las remesas del 38,3% frente a abril del 2019, entre otros. Lo anterior ha llevado a que el Gobierno pronostique una caída del PIB del 5,5% para el 2020, el más alto registrado en más de un siglo.

Para mitigar los efectos del confinamiento sobre la población, el gobierno ha debido aplicar medidas como las transferencias monetarias para la población más vulnerable y líneas de crédito, subsidios a la nómina y otras medidas para mitigar el efecto sobre el sector productivo. Estos esfuerzos adicionales junto con la fuga de capitales, la depreciación de la moneda y la disminución de ingresos fiscales, representan una presión sobre el balance fiscal y los niveles de deuda del país.

Pero no todas son malas noticias, el sector productivo ya ha dado muestras de una capacidad para adaptarse a estas dificultades. El mundo se está empezando a mover a procesos de comercio exterior más regionales, donde se empiezan a presentar oportunidades comerciales para Colombia, inicialmente en el abastecimiento de productos de primera necesidad y de productos de bioseguridad como trajes y accesorios a sus principales socios comerciales como es el caso de Estados Unidos. En el caso colombiano, de abril a mayo se estima un crecimiento en las exportaciones del 62% en este tipo de productos.

Para materializar esta oportunidad de comercio internacional, el Gobierno Nacional lanza la Misión de Internacionalización, la cual definirá la ruta que el país debe seguir en esta materia para adaptarse a los cambios que se presentan en el comercio mundial, salir victorioso de esta crisis y posicionarse en la nueva normalidad.

Por: Javier Díaz Molina, presidente ejecutivo Analdex