En qué va la economía naranja, tras 6 meses de Gobierno

Transcurridos seis meses del gobierno de Iván Duque, que tiene una gran expectativa en la economía naranja como motor del crecimiento del producto interno bruto (PIB), los avances aún son tímidos, pero ya se cuenta con algunas cifras.

La meta del mandatario es que, de representar 3 por ciento de la producción, se llegue al 6 por ciento en el cuatrienio.

Para ello, las metas son ambiciosas. Por mencionar solo algunas, se pretende “pasar de un crecimiento del valor agregado en los sectores de la economía naranja de 2,92 por ciento a 6 por ciento en el 2022 y aumentar la oferta de trabajo en los sectores de la industria creativa, de 247.849 a 331.678”, según el Plan de Desarrollo.

Con esa prerrogativa, uno de los mayores avances en estos seis meses, según destacan los expertos, es la institucionalidad.

Además del Consejo Nacional de Economía Naranja, hay una dirección de Gobierno y Áreas Estratégicas que tiene mucho que ver con el tema y está en manos de Felipe Buitrago, coautor del libro de economía naranja que hizo Duque.

De igual manera, empezó a andar el viceministerio de la economía naranja en el Ministerio de Cultura, lo que perfila la búsqueda de una mayor productividad y formalización de la industria creativa.

Financiación

Otra pieza en el engranaje de este modelo estratégico es la de los bonos naranja que emitió Bancóldex y tuvieron más demanda de la esperado en el mercado; 201 inversionistas compraron los papeles, por una cuantía de 400.000 millones de pesos.

Con esos recursos, la entidad bancaria dispone de recursos para que las empresas interesadas en la economía naranja soliciten créditos y hagan su emprendimiento.

Según Bancóldex, “el banco cuenta con una cartera de 243.340 millones de pesos colocados a 1.964 empresas (81 % de ellas, micros y pequeñas) vinculadas a la economía naranja”.

Hay que destacar que entre las actividades económicas predominantes que buscan financiación están las relacionadas con arquitectura, hotelería, exhibición de películas y publicidad. Bogotá, Antioquia, Atlántico y Valle son los más interesados en crear este tipo de empresas, según la demanda de los créditos.

El componente normativo fue cubierto, primero en la ley naranja –que marcó el derrotero de la política para incentivar este sector–. Luego, la ley de financiamiento creó incentivos tributarios atractivos: “Se exime de la tributación a todas las empresas catalogadas dentro del concepto de economía naranja por un término de 7 años”, dice la norma.

Y ahora, el articulado del Plan de Desarrollo, que tiene un abultado paquete de medidas con el mismo fin. Es más, el tema está planteado como uno de los pactos del documento: “Pacto por la protección y promoción de nuestra cultura y desarrollo de la economía naranja”.

Punto de partida y de llegada

Por el lado de las cifras, para saber de dónde se parte y hacia dónde se llegará, el Dane tiene la misión de formar un banco de información que permita saber las cifras exactas de cuántas empresas, cuáles exportan, dónde están. Esto con el fin de hacer el seguimiento de esta economía. Según el director del Dane, Juan Daniel Oviedo, “el sistema de información naranja será lanzado en mayo”.

Los registros estadísticos existentes indican que las exportaciones de servicios relacionados con la economía naranja representaron 261,9 millones de dólares en 2018 (primer semestre). 

Se debe tener presente que la economía creativa, según se establece en el libro del propio Duque, comprende “los sectores en los que el valor de sus bienes y servicios se fundamenta en la propiedad intelectual”allí entran arquitectura, artes visuales y escénicas, artesanías, cine, diseño, el sector editorial, la investigación y el desarrollo. También tienen cabida los juegos y juguetes, la moda, la música, la publicidad, el software, televisión y radio, y videojuegos.

Desde esa perspectiva, las cifras muestran que en Bogotá aparecen matriculadas en el registro mercantil de la Cámara de Comercio 1.765 empresas de la industria musical. Solo este segmento logró ventas por 836.766 millones de pesos en el 2017.

Si se echa un vistazo al cine, el país aparece como el cuarto mayor productor en Latinoamérica. El mismo puesto ocupa en la región como exportador de videojuegos, con 291 millones de dólares en ventas.

Los más pujantes

Según las cifras suministradas por ProColombia, a partir de la cuenta satélite de Cultura del Dane, los segmentos culturales que mayor variación presentaron fueron artes escénicas con aumento de 30,4 por ciento, crecimiento promovido por 1.087 empresas registradas en Bogotá.

En cuanto a artes plásticas, el aumento fue de 8,7 por ciento, con 919 empresas registradas y 6.714 empleos generados.

El subsector de radio y televisión exportó a múltiples países su producción: Estados Unidos (34,5 % de participación), España (30,1 %), Chile (10,2 %), Argentina (8,6 %) y México (6,8 %). Con ello logró un recaudo de 31,6 millones de dólares.

Dentro de la economía naranja, el puntero en generación de ingresos es el sector audiovisual, integrado por el cine, el video, la radio y la televisión. Este registra 2,9 billones de pesos.

La idea es que el movimiento que genere la economía naranja impulse las exportaciones, y desde ProColombia se habla de 60 países potencialmente compradores de los servicios y productos que hacen parte de la llamada industria 4.0.

No obstante, para Javier Díaz Molina, presidente de Analdex, gremio de exportadores, el panorama no está tan despejado, principalmente porque “no hay cifras puntuales de exportación de este sector, empezando porque no tenemos una definición clara de lo que comprende”.

Y en opinión de Santiago Pinzón, de la Cámara de Industrias Digitales de la Andi, “el fin primordial para los empresarios es exportar servicios y atraer inversión. Un ejemplo concreto al juntar esfuerzos es el escenario Movistar Arena, una alianza público-privada (APP) que está generando empleo e impulsando la economía creativa en Bogotá”.

Fuente: El Tiempo