Guerra comercial ¿Crisis en el multilateralismo?

El mundo ha tenido sucesos importantes en las últimas dos décadas que llevan a plantear una multipolaridad. El vertiginoso ascenso de China, la cuarta revolución industrial, la salida del Reino Unido de la Unión Europea, solo por mencionar algunos hechos, han llevado a redimensionar las reglas y los procedimientos que se siguen en los diferentes escenarios multilaterales.

Lo anterior se ha exacerbado y ha tomado mayor relevancia con la administración de Donald Trump en Estados Unidos. A pesar del discurso que llamaba al libre mercado en el mundo durante las últimas décadas, por parte de esta potencia, la línea política ha girado hacia el establecimiento de barreras arancelarias y no arancelarias que brinden una mayor protección a varios sectores productivos.

Múltiples medidas se han tomado en esta línea: salvaguardias, medidas antidumping, renegociación de acuerdos comerciales (siendo el primero el Tratado de Libre Comercio de América del Norte – TLCAN), la salida del Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica y, más recientemente, aranceles al acero y aluminio, así como tarifas a bienes originarios de China.

Esta transformación de la política comercial ha ido de la mano de incentivos tributarios que buscan hacer grandioso nuevamente a América, con lo cual se busca atraer nueva inversión. Sin embargo esta nueva forma de hacer política ha traído respuestas de varios países: China, México, Canadá, la Unión Europea, Turquía, entre otros, están en proceso de imponer aranceles para bienes originarios de Estados Unidos. Esto puede generar el efecto contrario al que se buscaba al atraer mayor inversión, y es espantarla.

Por su parte y para poner en contexto una de las disputas más relevantes, Estados Unidos ha impuesto aranceles a bienes originarios de China que contengan tecnologías industrialmente significativas y que sean estratégicas dentro del plan “Made in China 2015”. Se argumenta por parte de Norteamérica que la nación asiática ha tenido actos agresivos, violando varias normas en materia de propiedad intelectual y capturando tecnologías estratégicas de cara a los nuevos desarrollos en el mundo, en la búsqueda de continuar su dominio económico y comercial en el mundo. Mientras tanto, China respondió imponiendo aranceles a bienes de sectores clave para Estados Unidos como el agrícola, automotriz, químico, entre otros.

Y en este escenario, ¿Dónde está el multilateralismo actuando? La Organización Mundial del Comercio (OMC) es la institución llamada a resolver todas las disputas que se están generando. Su liderazgo está siendo puesto a prueba en esta situación, pues es su deber que mientras los principales actores de la guerra se culpan mutuamente, los instrumentos con los que cuenta para solucionar diferencias entre los miembros, funcione correctamente.

En general, el Órgano de Solución de Diferencias (OSD) de la OMC debe proceder de manera eficiente y eficaz. Por ahora se advierte que el OSD tiene una carga de trabajo muy fuerte que podría generar demoras en su actuación. Paulatinamente a llegan más solicitudes para solucionar disputas comerciales, pero su capacidad de respuesta posiblemente no atienda las necesidades de los miembros, lo cual es aún más relevante en este contexto. Esto sin contar con el bloqueo que se mantiene en la designación de miembros del Órgano de Apelación del OSD.

La legitimidad del OSD y de la OMC se reafirma solo si los miembros se sienten satisfechos con su trabajo. No obstante, la dinámica del comercio internacional demanda organismos con reglas modernas. De no solucionar el reto actual, se puede socavar la credibilidad del multilateralismo, llevando a su parálisis e incluso disolución, dejando al mundo en una suerte de anarquía comercial.

La gobernanza global está ordenada desde varios ámbitos de actuación. Solo por mencionar algunos, se encuentran las instituciones de Bretton Woods (Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial), la Organización de Naciones Unidas, la Organización del Tratado del Atlántico Norte y la OMC. Si la institución que rige multilateralmente el comercio internacional se marchita, se generaría un desequilibrio con volatilidad en los mercados, rupturas en los suministros de las redes globales de valor y consecuentemente una crisis internacional.

En un mundo globalizado es necesario plantear soluciones globales. Es necesario un llamado al diálogo entre las partes. En este tejido vale la pena preguntar ¿Qué va a hacer Colombia en este escenario? ¿Cuál va a ser su rol? El próximo gobierno debe optar por una posición que lleve al sostenimiento del multilateralismo a nivel comercial, manteniendo la institucionalidad aunque promoviendo la modernización de algunas reglas que permitan un funcionamiento eficiente y eficaz de la OMC.

Giovanni Andrés Gómez, director de Asuntos Económicos Analdex