Crecimiento Potencial en Colombia: una cifra en decrecimiento
En días pasados investigadores del Fondo Monetario Internacional (FMI) analizaron la influencia del sector petrolero en el PIB potencial según datos de la inversión en capital y los cambios en los precios del petróleo. Sus resultados demuestran la correlación positiva entre estas variables y el PIB potencial, atreviéndose a pronosticar un rango de crecimiento del PIB potencial incluyendo modificaciones según el impacto de las políticas actuales, la reforma tributaria, el acuerdo de paz y los proyectos en infraestructura, en los factores de producción de las empresas –capital, trabajo y productividad.
Por el amplio periodo de 2000 a 2014, el crecimiento del PIB promedio fue de 4,3% explicado en parte por los precios del petróleo, que aumentaron 241%, por el incremento de la participación laboral y la formalización, y otras buenas condiciones de demanda global. Centrándose en el precio del petróleo y su influencia en la estructura empresarial, los cambios en los precios del petróleo que se consideran permanentes influirán en las decisiones de contratación e inversión en el sector petrolero y afectarán las cuentas fiscales –vía ingresos permanentes– y a los consumidores en sus elecciones. En cambio, los cambios bruscos en el precio del petróleo no conducen a cambios permanentes en los planes de contratación e inversión para el mismo sector.
Así las cosas, puede decirse que el crecimiento potencial será más débil en un mundo de precios de productos básicos permanentemente bajos, tal como se ha evidenciado en periodos anteriores y aun hoy, pero teniendo en cuenta que al menos en el corto plazo no se ve un cambio repentino y positivo en precios como del petróleo, es poco probable volver a ver altas tasas de crecimiento del PIB, que fue característica en los años 2000 y 2010-2013.
Trasladándose el análisis al campo de los factores tradicionales de producción en Colombia, tal como el capital, el trabajo y la productividad, los datos de crecimiento desde la década de 1990 muestran que la acumulación de factores hizo una mayor contribución al crecimiento que la misma productividad. Curiosamente, al descomponer el crecimiento de la inversión, las variaciones positivas están correlacionadas con el aumento de los precios del petróleo y viceversa.
El capital como un factor de producción, la maquinaria y el equipo crecieron del 3% al 9% en los años de altos precios del petróleo, relacionando el rápido crecimiento de los sectores del petróleo y la minería durante la última década. No obstante, al evaluar el reciente comportamiento de estas variables, en el futuro es probable que la inversión y el crecimiento del stock de capital se desaceleren. Pero por otro lado, varios estudios como también el referenciado indican que la agenda 4G en la inversión y la depreciación del tipo de cambio real aumentarán la inversión privada aumentando el stock de capital posiblemente en una tasa promedio anual de alrededor de 4,5% en 2017-2022.
Al revisar el aporte laboral, este creció fuertemente desde finales de la década de 1990 como resultado de un fuerte aumento en la participación laboral y una disminución en el desempleo. Además, reformas fiscales como la del 2012 permitió que el empleo formal creciera y se situara sobre el informal gracias a los menores costes no salariales. Con miras a los próximos años, es posible que la participación laboral se mantenga en los niveles actuales y se presente cierta caída del índice de desempleo natural, pero la inclusión laboral dado el acuerdo de paz impactará positivamente el capital humano.
Finalmente, el crecimiento total de la productividad de los factores ha sido bajo, excepto en el período 2004-2008 gracias a la fuerte reducción en delito, progreso en la profundización e inclusión financiera y un mejor entorno comercial, según afirman los investigadores. La reciente disminución de la tendencia de la productividad coincide con las tendencias regionales y mundiales, pero particularmente en Colombia, parte de la reciente disminución de la productividad podría estar relacionada con la expansión de la minería en áreas de menor productividad estimulada por el auge de los precios de estos productos. Además, la mala asignación de recursos en el sector manufacturero y el gasto relativamente bajo en I+D también aportan a este efecto. No obstante, las iniciativas políticas como el programa de inversión 4G y los desarrollos como el acuerdo de paz con las FARC son un buen augurio para el crecimiento de la productividad.
Basándose en todo el anterior análisis, el documento estima que el crecimiento potencial del PIB a mediano plazo estaría en el 2,8% a 4,1% de alcance dependiendo de la fuerza de las políticas. El límite inferior representa un escenario improbable con implementación incompleta de la reforma sin generar un crecimiento de la productividad, y los efectos de los proyectos de infraestructura 4G y la reforma fiscal sobre la inversión no se materializan. El límite superior corresponde a uno donde el crecimiento de la productividad alcanza una tasa estable de alrededor del 1% para 2022, debido a las reformas estructurales muy fuertes y al impacto total de las políticas sobre la acumulación de capital.
El crecimiento del PIB puede extenderse a los valores que se han observado en los últimos años, es decir, cambiando la tendencia a una más estable. Las políticas que se desarrollan pueden tener señales difusas al momento de revisar estímulos a la economía. El hecho de tener cada dos años una reforma tributaria, resta credibilidad al país y disminuye el atractivo para los inversionistas extranjeros, quienes buscan certidumbre jurídica y tributaria para poder desarrollar sus negocios.
Fuente: Dirección de Asuntos Económicos_Analdex