Ajuste del intercambio comercial con Venezuela está casi listo – Portafolio
La relación económica, de comercio e inversiones entre Colombia y el país vecino podrá constituirse en motor de desarrollo para los ciudadanos.
La economía mundial pasa por un periodo de turbulencias que hacen incierta la evolución económica y social.
Se respiran vientos de proteccionismo en los países desarrollados, cierre de fronteras y nuevas trabas a la circulación de personas, servicios y dificultades en el cumplimiento de los Acuerdos para combatir el cambio climático.
En ese complejo entorno la integración económica de Latinoamérica tiene una nueva oportunidad para complementar sus economías y trabajar conjuntamente para promover el desarrollo, la sostenibilidad y el empleo.
En ese contexto, la relación económica, comercial y de inversiones entre Colombia y Venezuela podrá en el inmediato futuro constituirse nuevamente en un motor de desarrollo sostenible que contribuirá de manera palpable en bienestar para nuestros ciudadanos.
La actual situación de nuestros países se caracteriza por una debilidad estructural en sus cuentas externas (déficit de cuenta corriente, ralentización en las cuentas de capitales y financieras). En el caso de Colombia aunque aumenta el endeudamiento externo como porcentaje del PIB, se mantienen en niveles estables las reservas internacionales suficientes para financiar sus importaciones y el servicio de la deuda.
Para Venezuela, la situación de reservas internacionales es compleja e insuficiente para cubrir sus compromisos externos en el mediano plazo, y deberá apelar a los recursos corrientes por ingresos de exportaciones para su pago y, por supuesto, al fortalecimiento de sus sectores productivos, tanto para promover las exportaciones como para impulsar su producción con destino al mercado interno.
La situación descrita y la clara interdependencia de nuestros países en los sectores productivos de bienes y servicios, ameritan el desarrollo de estrategias conjuntas de crecimiento sostenible a partir de planteamientos de complementación productiva, industrial y de servicios e incorporación de progreso técnico que contribuyan a generar empleo calificado, crecimiento económico, diversificación en las exportaciones e importaciones y un intercambio entre las dos economías en condiciones de equilibrio y equidad en la integración.
Aunque los resultados de intercambio comercial entre nuestros países llegará a sus mínimos históricos en los últimos 10 años, producto de una contracción muy importante en las dos naciones, en materia de importaciones (50% en Venezuela), 30% en Colombia), este proceso de ajuste parece estar cercano a su final.
Aún es esa difícil situación de las cuentas externas, es importante destacar que la menor caída de las importaciones desde Venezuela es la de Colombia, muy inferior a países como la China, Ecuador, Brasil, Argentina, Perú e, inclusive los Estados Unidos de Norteamérica y las exportaciones de productos petroquímicos, gasolina o gas, así como siderúrgicas de Venezuela hacia Colombia han crecido o se mejorarán en el inmediato futuro (gas, gasolina, bienes intermedios) de manera legal y concertada.
Todo ello a pesar de que durante más de un año nuestras fronteras comunes terrestres estuvieron cerradas al comercio internacional y aún hoy se mantienen restringidas a solamente la noche.
Sin embargo los retos son sustantivos. Se ha producido un incremento en las prácticas que atentan contra un comercio transparente, en parte incentivado por el cierre parcial de las fronteras terrestres de productos colombianos hacia Venezuela y de Venezuela hacia Colombia. A pesar de los esfuerzos de las autoridades de los dos países es evidente que la ilegalidad, el contrabando, el lavado de activos y la corrupción ha ganado terreno en la evolución del comercio.
En ese contexto, las grandes tareas que necesariamente deberán ser abocadas en el 2017 podrían resumirse en lo siguiente:
1. Fortalecer la institucionalidad en nuestras relaciones comerciales aplicando
plenamente el Acuerdo de Alcance parcial vigente en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración.
2. Abrir sin ninguna restricción las fronteras terrestres para el transporte transfronterizo de mercancías y combatir cualquier clase de comercio ilegal.
3. Promover y desarrollar los mecanismos de compensación y de pagos recíprocos para favorecer el comercio y la inversión y esperar que el tipo de cambio bilateral se normalice con la aplicación en Venezuela de una política que dé señales claras a los importadores y exportadores venezolanos para normalizar los precios y evitar práctica especulativas.
4. Formular planteamientos estratégicos de complementación productiva y económica entre las dos naciones de orden general y, en lo particular, propuestas concretas de integración y complementación productiva entre grupos empresariales de los dos países en los diferentes sectores que en el pasado lograron una real complementariedad como: la agroindustria, petroquímica, textiles y confecciones, plástico, automotor, siderurgia y construcción y obras civiles, etc.
5. Promover inversiones conjuntas en las zonas fronterizas para lograr sostenibilidad en las fronteras comunes, contribuyendo a la generación de empleo, ingreso y competitividad.
Son tareas urgentes y necesarias que de realizarse podrán contribuir a la generación de desarrollo conjunto y equitativo para nuestras economías y a superar las difíciles condiciones que actualmente se presentan en la economía mundial.