Perspectivas económicas – Javier Díaz Molina – Presidente ejecutivo de Analdex

El desempeño del comercio exterior colombiano fue signado en el último año por dos variables fundamentales: el precio del petróleo y los productos básicos, y el comportamiento del dólar.

Como es sabido, Colombia concentró buena parte de sus exportaciones en el petróleo (55%) y en productos minero-energéticos, razón por la cual el desplome de los precios de este tipo de productos le significó una dramática disminución de sus exportaciones.

Es de señalar que esta caída no estuvo circunscrita a las exportaciones minero-energéticas, también las ventas externas denominadas no tradicionales que involucran a las manufacturas y a los productos agrícolas y agroindustriales presentaron un descenso considerable, ello como consecuencia indirecta de la caída de los precios de los productos básicos que afectaron a los principales países a los que se dirigen estas.

Menores exportaciones significan, por el lado monetario, menores ingresos, es decir, menos dólares, lo que se traduce en una cotización cada vez más alta del dólar. Lo que se espera con la política de volatilidad cambiaria es que el mayor valor del dólar induzca a unas mayores exportaciones y a una reducción de las importaciones y por esta vía se ajuste la economía, alcanzando un nuevo nivel de equilibrio en la balanza comercial.

Este fenómeno de ajuste no es automático.Como se observó durante 2015, las exportaciones disminuyeron, pero no se logró que las de productos diferentes a los minero-energéticos empiecen a aumentar. Las importaciones, por su parte, empezaron a disminuir pero a un ritmo todavía lento.

Lo que se espera es que el proceso de ajuste se haga mucho más evidente en este año, en el cual se debería observar una mayor disminución de las importaciones y una mejor dinámica de las exportaciones. A este propósito debe contribuir el mejor desempeño que empieza a registrar la economía de los Estados Unidos. Para un país pequeño como Colombia resulta fundamental la dinámica de la demanda internacional, si esta se recupera es posible un mayor volumen de exportaciones.

El otro elemento que resulta fundamental en el propósito de incrementar las ventas al exterior está referido a la necesidad de disminuir los costos que encierran las operaciones de comercio exterior. En particular, se espera impactar positivamente los costos con la introducción de tecnologías que permitan disminuir los valores de transporte y manipulación de los cargamentos. En 2016 se espera contar con sistemas de escaneo en los puertos que posibiliten las inspecciones no intrusivas y se empiece a aplicar una nueva normativa aduanera que, vía gestión de riesgo, permita contar con procesos aduaneros y logísticos mucho más eficientes y, por tanto, menos costosos.

El Gobierno Nacional es consciente de que el ajuste que se debe dar en las corrientes de comercio toma tiempo y por ello ha planteado como meta para 2018 estar llegando a unas exportaciones, diferentes de productos minero-energéticos, de US$30.000 millones, dentro de los cuales US$9.000 millones deben corresponder al área de los servicios.

«Se espera impactar positivamente los costos con la introducción de tecnologías que permitan disminuir los valores de transporte y manipulación de los cargamentos».